El conjunto del Melilla Sport Capital Voleibol, que milita dentro de la Superliga Masculina, afrontar un duelo vital para ser uno de los equipos llamados a entrar en la fase final de la Copa del Rey de esta temporada.
La escuadra de nuestra ciudad medirá sus fuerzas en la tarde de hoy, a partir de las 16:00 horas, ante el Ibiza, uno de los equipos potentes de esta categoría nacional que no está atravesando su mejor momento deportivo. Este encuentro se jugará en el pabellón Ciudad de Melilla.
El equipo insular viene más descansado, al no haber disputado la jornada entre semana, y es uno de los equipos más fuertes de la competición, llamado a jugar por estar entre los cuatro primeros tanto en copa como en liga.
Los de Salim Abdelkader llegan más cansados, aunque también más rodados, después de sufrir un fuerte varapalo en Manacor. Después de ganar con facilidad el primer set y de jugar una muy disputada e igualada segunda manda, los melillenses se fueron del partido y lo entregaron si encontrarse en ningún momento ni tener la chispa, la intensidad y la magia a la que nos han tenido acostumbrados en las cinco jornadas anteriores de esta competición.
Para poder ganar a un equipo de la entidad de Ibiza el Voleibol Melilla deberá: “Limar los fallos que cometimos ante Manacor. Debemos desarrollar nuestro mejor juego e intentar en todo momento que ellos no entren en el partido, que no se encuentren cómodos”.
“La victoria pasa por volver a ser el equipo que somos: mejorar nuestra recepción va a ser clave, al igual que mostrarnos más agresivos y contundentes en ataque. Creemos que va a ser un partido largo y complicado y no debemos irnos del encuentro o tirar la toalla como nos ha ocurrido en el partido anterior. Al final es un partido que jugamos en casa, en nuestra cancha de entrenamiento y ese factor hay que aprovecharlo siempre”, concluye el técnico melillense.
La buena noticia para el conjunto melillense se centra en que su primer entrenador no tendrá ningún tipo de problemas para poner en liza a su equipo de gala ya que no cuenta con ningún jugador lesionado para afrontar el mismo.